martes, 20 de febrero de 2018

Ama de casa siglo XXI



Hoy varias veces en el día escuché hablar de las amas de casa y sus labores...
Me preguntó si en este siglo en el que supuestamente nos empoderamos de nuestra propia vida, no nos estamos esclavizando el doble que antes tratando de ser madres, amas de casa, trabajadoras, profesionales, etc.
Mi mamá fue la primer generación en trabajar de la línea materna, laburo desde los 16 en adelante, pero cuando me tuvo a mi, dejo todo para estar presente. Se abrió un almacén y trabajaba en casa mientras me cuidaba y me veía crecer. 
Mi papá hacía cosas en casa, pero es cierto que casi todo cae en los hombros de la mujer...
Hoy lo veo en compañeras, en amigas, en muchas mujeres... Trabajan todo el día fuera de casa, ninguna pasa menos de 10 horas fuera. Llegan a la casa y, como el marido está cansado, se ocupan de pagarle a la niñera o llevar a la suegra/madre a su casa, compran los víveres para la cena, cocinan, escuchan cómo les fue a todos en el día, hace la tarea con los chicos, limpia la caca del perro/gato/cualquier animal pequeño que hayan querido los nenes...
Cuando finalmente se van a meter a duchar, allá va el hombre de la casa, que recién se pudo recuperar y camina al baño... Bueno, espera su turno mientras prepara a los chicos para ir a la cama, los arropa, los besa y mima. 
Siente que se abre la puerta del baño y se tira corriendo dentro, antes de que alguien se levante y quiera entrar. Se baña apurada porque ya le quedan pocas horas de sueño y quizás después pueda irse a dormir cerca de las 23/23.30.
Duerme como si el mañana no existiera, hasta que a las 2 a.m. escucha un sonido en el baby-call, primero suave que sólo la despierta, finalmente un llanto desconsolado que la hace levantarse. Recordemos que el marido está en la misma cama, pero "el nene siempre quiere a la mamá cuando llora". 
Se levanta, lo arrulla una vez más y cuando ve que es imposible que se duerma, lo lleva consigo a la cama matrimonial. Lo pone con sumo cuidado en el medio y se quedan dormidos los tres.
Para volver a despertarse a las 4 a.m. con suerte porque el nene te patea o se mueve.
Finalmente, suena el despertador a las 5.30/6 a.m. y otra vez vuelve a empezar el día. 
Hacer el desayuno para todos, armar las mochilas, cargarlas al auto con suerte de que tengas auto, llevar a los chicos al colegio o por lo menos a uno, quizás a tu marido le queda de paso el otro. 
Y, mi vida, si te toca viajar el colectivo, lo siento por ti, porque vas a subir, tratar de que alguien le de el asiento a tu hijo y si no se puede, tratarás con todas tus fuerzas de que nadie lo aplaste y lo dejen respirar en un colectivo totalmente abarrotado. 
Entonces, yo opino, realmente nos liberamos al salir a trabajar?
Si bien, mi ejemplo es exagerado y muchos hombres comparten las labores del hogar. Casi siempre el peor sueldo es el nuestro, trabajamos más horas... 
Con esto no digo que estemos desencaminadas. Estuvimos demasiados años bajo la opresión masculina. 
Creo que vamos bien, pero a su vez considero que deberíamos ponernos firmes aquellas que no cuentan con ayuda masculina en la casa. 
Si hablo desde mi experiencia, aunque todavía no tenemos hijos, todo lo hacemos 50-50.
En nuestro caso, el lava los platos, ordena y saca la basura. Yo lavo la ropa y cocino. Luego todo se va charlando obviamente.
Es difícil la convivencia, es difícil armar una familia, pero estamos un paso delante de lo que estaban nuestros abuelos. 
Queda lucha, pero vamos avanzando. 
Quizás me fui por las ramas, pero mi comentario venía por una frase que escucho demasiado: los hombres deben ayudar en casa.
Mis amores, los hombres no nos AYUDAN! Los hombres tienen que hacer cosas de la casa porque ellos también viven en ella, ellos comen, duermen y se bañan en la casa.
Tienen tanta obligación como nosotras en los quehaceres domésticos.
Así que amiga lectora, no pidas ayuda en la casa! Exigila!
Un beso para todos desde Haedo!

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